Se llamaba José Baltazar Solís Rosado, y digo se llamaba, porque yá está muerto... pobrecito.
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Era agente de la Secretaria de Seguridad Publica de Yucatan (SSP), tenia 36 años, y al momento de morir estaba en su dia franco, o de descanso para que me entiendan.
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Manejaba su automovil Topáz de modelo atrasado en el siempre trágico Anillo Periférico de Mérida, ese anillo al que le han ampliado los carriles para que, supestamente, los conductores vayan mas seguros, pero mas bien es una invitación para que manejen como idiotas a velocidades de infarto.
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Y eso fue lo que hizo este oficial, manejaba así, como si creyera que estaba en las 24 Horas de Le Mans, de repente perdió el control de su auto, chocó contra unos arboles y un poste, dio varias volteretas, y acabó perdiendo la vida.
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Se supone que los conductores que viajan en ese Anillo Periférico deben ir con precaucion, y más aún si quien maneja es policia, que es quien debe dar el ejemplo, y váya que lo dió, de cómo nó debe manejar una persona que cree que está en una pista de carreras.
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¿Y qué leccion sacamos de todo esto?, una que ya hemos visto millones de veces, que no escarmentamos en pellejo ajeno, siempre decimos que le pasó a otro mas pendejo, pero no nos detenemos a pensar que si manejamos con precaución podriamos salir adelante sin pasar por malos ratos... o accidentes trágicos.
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Y en cuanto al oficial Solís Rosado, pues qué mas se puede hacer, hay que sepultarlo, quizá hasta se gane un sepelio con banda de guerra y todo eso por parte de la SSP... pero no olvidemos que él solo se mató, manejando como cafre, como lo hace la gran mayoría de quienes toman el Anillo Periférico de Mérida como pista de carreras, piensenlo.
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Fuente e imagen.
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---Diario de Yucatán en su edicion electrónica.
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